En la sociedad guatemalteca, el acceso a la educación formal es uno de los principales desafíos.  En este país, hay miles de personas jóvenes y adultas, especialmente de áreas precarias, que no saben leer ni escribir, o que no pudieron continuar sus estudios en los niveles de educación primaria y básica.  Esto se debe mayormente a la escasez de servicios y recursos educativos de calidad en el sector estatal, y también porque la educación ofrecida por instituciones privadas es de un alto costo para la gente de condiciones económicas precarias.  Cabe recordar que el nuestro es un país en donde la inversión en educación no supera el 3% del PIB, el 30% de la población no logra terminar su educación primaria, y en donde aún se evidencias niveles considerables de analfabetismo. 

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Además, en este contexto social con serias limitaciones en su economía, en donde miles y miles de pobladores viven en situación de pobreza o pobreza extrema, muchos jóvenes y adultos no pueden asistir a los programas educativos regulares, o se ven obligados a abandonarlos, porque deben trabajar para subsistir y para proveer para su familia.

Si se toma en cuenta que la educación es vital para el desarrollo humano-social, entonces muchas de las personas que no se educan y capacitan quedan en desventaja.  Tienen que enfrentar serias limitaciones para conseguir un buen empleo, para ejercer una profesión u oficio, y, en fin, para desarrollarse en forma plena y gozar de una vida digna. 

Fue así como, en el año 2015, conscientes de esta realidad, y en coherencia con nuestra vocación de servicio, con fundamento en los valores del Evangelio y en nuestro compromiso con la misión integral, formativa y transformadora de Jesús (Jn. 8:32), la Comunidad Anabautista Menonita “Casa Horeb” inició un proyecto de educación formal y capacitación para la vida, con la misión de servir a personas necesitadas de alfabetización o con interés en culminar sus estudios de educación primaria o básica.

El proyecto EDUVIDA –Educando para la Vida– surgió, inicialmente, con el propósito de atender a adolescentes, jóvenes y adultos de nuestra propia comunidad eclesial y del contexto local inmediato.  Al principio fuimos parte de un programa educativo que brindaba la oportunidad para que las personas pudieran realizar sus estudios, de manera gratuita, y a la vez atender sus trabajos o labores en los horarios normales.  Posteriormente, ante la necesidad y demanda, fue necesario crear nuestro propio centro escolar.  El proyecto ha crecido y ahora atiende a personas de diversos lugares del departamento de Guatemala. 

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